"Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitada, inquieta; ¡descubriré el precio de la felicidad!. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón…Los ritos son necesarios".

26 de marzo de 2012

Utopía del corazón agobiado II


DESENAMORARSE A VOLUNTAD: quimera, facilismo. En algunas subculturas árabes el hombre puede separarse de la mujer con solo golpearse el pecho y decir tres veces consecutivas: "Me separo de ti". Así de sencillo. Pero no dicen: "Me desenamoro de ti", "Me desenamoro de ti", "Me desenamoro de ti". Nadie posee esa magia, ese poder.

De manera similar, no podemos enamorarnos a voluntad de cualquier persona. Quizás sea posible crear las condiciones para que el amor florezca o incrementar las probabilidades para que se manifieste, pero traerlo intencionalmente de la nada es ilusión. Nadie duda de que hay personas de la cuales podríamos enamorarnos si se dieran ciertas condiciones, y tampoco dudo de que podrías desenamorarte de cualquier amor enfermizo si te alejaras lo suficiente para que el tiempo limpiara poco a poco los resabios de ese amor sufriente. En otras palabras: autocontrol, tenacidad, disciplina, vade retro Satanás, y esperar luego a que el universo se encargue de los detalles.

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