"Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitada, inquieta; ¡descubriré el precio de la felicidad!. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón…Los ritos son necesarios".

18 de agosto de 2012

El principito

Para mí no eres todavía más que una persona
semejante a cien mil personas. Y no te necesito.
Y tú tampoco me necesitas.
No soy para ti más que una persona, semejante
a cien mil personas. Pero, si me conoces, tendremos
necesidad el uno del otro. Serás para mí único en el
mundo. Seré para ti única en el mundo.