"Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitada, inquieta; ¡descubriré el precio de la felicidad!. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón…Los ritos son necesarios".

15 de julio de 2012

Decir siempre fue más fácil que hacer. Callar es mejor que opinar.
Nos callamos y no hacemos.
Las nubes cargadas de problemas vienen a tapar las estrellas. Se llevan el resplandor, las luces. Su brillo se opaca con aquella oscura y vil mentira de que todo lo que queremos siempre es difícil de alcanzar.


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