"Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitada, inquieta; ¡descubriré el precio de la felicidad!. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón…Los ritos son necesarios".

1 de junio de 2012

Sonríe con la mirada

Aunque tu corazón
tenga heridas
aunque no recibas
lo que esperas de la vida,
sonríele a tu condición.


















Una sonrisa sana tu mente
acaba con la frustración
recoge tu dolor
y le da un nuevo color.

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