"Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitada, inquieta; ¡descubriré el precio de la felicidad!. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón…Los ritos son necesarios".

12 de mayo de 2012

Te equivocas.

Solamente cuando el último árbol esté muerto, el último río esté envenenado y el último pez esté atrapado, entenderemos que no se puede comer el dinero. No soporto la violencia, la mentira, la injusticia ni la hipocresía, intento no etiquetar y que no me etiqueten, me indigna que se clasifique a las personas como si fueramos una mercancía que hay que vender a toda costa. La infinidad de sutiles rasgos que conforman nuestro caracter és lo que nos hace únicos para bien ó para mal.