"Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitada, inquieta; ¡descubriré el precio de la felicidad!. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón…Los ritos son necesarios".

5 de diciembre de 2009


…Espero las respuestas
de la vida.
Un dominó de décadas
cayendo prolijamente
sobre mi espalda.

Preguntas sin respuestas.
Aquí y allá…
Seguiré oteando el horizonte
desde la mecedora del tiempo.

No me abandono, no,
a los discursos llanos,
a las palabras sueltas,
o a los matices calvos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario