"Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitada, inquieta; ¡descubriré el precio de la felicidad!. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón…Los ritos son necesarios".

6 de diciembre de 2009


Es una tarde cualquiera de invierno, llueve y hace frío. Todo está en orden, el Universo gira perfectamente engranado y tienes la sensación de que, al fin, caminas en línea recta. De pronto, alguien dice dos palabras. Dos palabras que quizás no tengan sentido para nadie más que para tí, pero dos palabras que hacen que tu mundo se dé la vuelta, comience a girar sobre su eje y caiga... Y entonces... una de las palabras que menos te gustan se dibuja en tu horizonte...DECIDIR... ¿Qué significa decidir? Etimológicamente, la palabra es prima hermana de escindir, prescindir... ¿Significa, acaso, renunciar?...¿renunciar a algo que al fin y al cabo no es, aún, real?.

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