"Si tú vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, desde las tres comenzaré a ser feliz. Cuanto más avance la hora, más feliz me sentiré. A las cuatro me sentiré agitada, inquieta; ¡descubriré el precio de la felicidad!. Pero si tú vienes a cualquier hora, nunca sabré a que hora preparar mi corazón…Los ritos son necesarios".

15 de diciembre de 2009

Amor

Me preguntas
-tímidamente-
a quien ama
mi corazón
-suspirando-
te respondo:
a un ser alado
-majestuoso-
que se adueñó
del tiempo
y lo aniquiló
que secuestró
las palabras
y cada verso
sin advertir
que dejaba
a mi alma
-silente-
sin voz
a un sueño
-inalcanzable-
tan efímero
-y eterno-
como el dolor
tan imposible
-y quimérico-
como querer
besar al sol.

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